Ruido.

18/01/17

Claves de éxito de la nueva robótica

Resulta extraño que, a pesar de contar hoy día con un sinfín de gadgets tecnológicos a nuestra disposición, la robótica, más allá de su vertiente industrial, siga generando cierta cautela y aversión. Quizás mucha culpa de ello podría recaer en la cultura visual que, alimentada por las películas de ciencia ficción desde la mítica Metrópolis (1927) de Fritz Lang, pasando por uno de los filmes de culto por antonomasia como es Blade Runner (1982) de Ridley Scott, hasta llegar por ejemplo a Inteligencia Artificial (2001) del reconocido Steven Spielberg, haya sido la cómplice perfecta generadora de la idea de un robot con aspecto humanoide que se revela contra sus creadores.

Sin ánimo de ponernos tremendistas, todo lo contrario, recurramos a la historia para solventar nuestras dudas sobre el origen de la robótica. Como no podía ser de otra forma, en el paradigma del genio encarnado en Leonardo da Vinci allá por 1495 encontramos las primeras incursiones mucho antes de que su concepto actual fuera concebido. ¡Da Vinci diseñó un autómata humanoide capaz de mover sus brazos sirviéndose de la mecánica más simple en forma de poleas, claves y engranajes!

Otro de los grandes visionarios que ya auguraba los avances que han devenido en el siglo XIX y XX, lo encontramos en Nikola Tesla. “Hay más de mil millones de robots activos en todo el planeta”, decía. Sin duda, se refería a nuestro mundo repleto de máquinas capaces de liberarnos por su propia inteligencia y autonomía de tareas non gratas: brazos robotizados de las cadenas de montaje, misiones espaciales y militares, asistencia médica y sanitaria, tareas domésticas básicas…

Pero, ¿por qué falló la robótica de consumo a gran escala? El enorme coste de investigación y desarrollo, el uso de tecnologías perecederas y por tanto limitadas, el escaso alcance de su utilidad real, su bajo nivel de autonomía y, sobre todo, su alto precio de venta al público son los factores que destruyeron el sueño que la sociedad de la comunicación y la información vaticinaba.

Sigamos sin miedo este recorrido dando un gran salto en el tiempo hasta la época actual. En 2012, nacía el proyecto pionero The Robot Museum, el primer museo dedicado a la robótica de consumo. Su creador, Pablo Medrano, ha apostado de lleno por la llamada cuarta revolución industrial, fundando en  2015  Casual Robotsempresa dedicada en exclusiva a la robótica friendly people, ofreciendo a las empresas las últimas soluciones en robots aplicadas al ámbito comercial, eventos, educación o entretenimiento.

Contar con ellos para el primer KeyNoise del año, celebrado en las oficinas de Social Noise España, ha sido una inspiradora forma de comenzar el 2017 reactivando nuestra mente con pensamientos innovadores para ofrecer las últimas soluciones tecnológicas a nuestros clientes.

¿Qué nuevas soluciones propone Casual Robots para la implantación definitiva de la robótica en nuestro día a día?, ¿Qué ha de tener en cuenta el cliente a la hora de apostar por ella en su proyectos?

  1. Uno de los factores clave es que no suponga un sobrecoste.
  2. Ofrezca mejoras para nuestra calidad de vida de uso real y eficaz.
  3. Haga buen uso de lo último en tecnología e inteligencia artificial.
  4. Proporcione un alto grado de interacción y empatía con el ser humano.

A continuación, quiero presentaros a algunos de los robots de Casual Robots que han hecho realidad la robótica de consumo:

Aibo/Qrio (1999-2005): Adelantado a su época, ha sido el primer éxito de la robótica de consumo para un mercado adulto, donde obtuvo una fuerte implementación en la educación universitaria. Su software autónomo aún no ha sido superado en la robótica comercial actual.

Nao (2005) es, probablemente, el robot humanoide más utilizado en educación, sobre todo, aplicado a personas con algún tipo de discapacidad. Aunque ya es un producto que tiene unos años, sigue siendo muy usado como punto de interés, por su capacidad coreográfica y su nivel de interacción.

Pepper (2014) es otro de sus humanoides pero en mayor formato, de hecho, mide 1,20 cm. Se utiliza como punto de interés, entretenimiento, punto de venta, información y hasta de maestro de ceremonias. ¡Un robot de lo más simpático!

Reeti (2015) es un robot creado para puntos de venta, entretenimiento, pero destaca frente a sus hermanos por funcionar exitosamente en puntos de acreditación e interés. Puede reproducir cualquier expresión en su cara y estados de ánimo y, por ello, su nivel acogida entre los usuarios se encuentra entre los mejores del mercado.

Agárrense a sus asientos porque la robótica en 2025 ocupará el 45% del mercado industrial con un volumen de negocio de 153.00 millones de euros. Algo que no ha escapado a la atención del gigante Google, que pronostica que los robots serán considerados imprescindibles en el ámbito doméstico antes de 6 años.

¿Estáis preparados para dejaros seducir por ellos?

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