Si buscas en Google qué es un influencer encontrarás varios artículos que los define como «una persona con presencia y credibilidad en redes sociales y que, por su conocimiento en un tema determinado, es capaz de movilizar opiniones y hacer que otras personas pasen a la acción”.
Esto, si lo llevamos a nuestra propia vida, no es más que esa persona (amiga, vecino, compañera o familiar) a la que le recurres cuando quieres acertar con algo. Y cuando digo algo digo: un restaurante, un reloj, el número de días que tienes que pasar en una ciudad, o (casi todo) lo que tú quieras/imagines.
Digamos que cuentas con esa persona de tu círculo porque confías en su criterio y, aunque a los más escépticos les parezca una locura, pasa lo mismo con los influencers. Confiamos en ellos porque día a día a base de fotos, post en sus blogs o vídeos en YouTube se han ganado su credibilidad. Y nuestra confianza.
E igual que tenemos a varias personas cercanas que nos ayudan/empujan/animan a la hora de tomar una decisión (de compra) ahora tenemos otras tantas personas que hacen lo mismo pero a través de internet.
Y para seguir con este símil entre amistad-influencers, os diré que igual que nos pasa con la gente de nuestro círculo no nos sirven todos los perfiles para todo. Pero, por suerte, podemos elegir. Eliges a quién sigues en redes sociales igual que en tu vida eliges qué opiniones de tu círculo te resultan relevantes y de cuáles prefieres pasar.
Y por la misma razón que nunca le preguntarías qué guitarra comprarte a alguien que no ha tocado un instrumento en su vida, ni te fiarías de las recomendaciones gastronómicas de tu amigo el amante del fast-food cuando tú te cuidas mogollón, tampoco vas a creerte lo que te diga el primer influencer que te cruces. ¿Por qué? Porque eres libre y tú eliges de qué amigo te fías y en qué influencer confías. Que casualmente, suelen ser aquellos con los que te identificas.
Por eso, porque cada persona y cada campaña son un mundo lo primero que tienes que hacer es tener claro cuáles son tus objetivos antes de trabajar con influencers. ¿Vender más? ¿Ser súper viral? ¿Lanzar un nuevo producto? Una vez que tenemos claro qué queremos conseguir y transmitir y a quién queremos llegar, pasaremos a elegir qué perfil será el adecuado para nuestra campaña. Y será aquel que sea acorde a nuestra marca y, por supuesto, a nuestros objetivos.
Evidentemente, algo clave a la hora de elegir el perfil es contrastar que ambos compartáis valores y audiencias, porque si te aseguras de que este perfil es representante de tu público objetivo te garantizas llegar al mismo.
Y por último, hazles partícipes, porque si les involucras y trabajas con ellos, si no les tienes miedo a que se exprese a su manera los dos saldréis ganando y el resultado final será mucho más enriquecedor para los dos.